Foto de cortesía: Un molde de Dimetrodon que estará en exhibición en el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”.
Un nuevo salón en el Museo de Historia Natural y Ciencia de Nuevo México explora la vida prehistórica de nuestro estado.
By Stephen Hamway
¿Qué te viene a la mente cuando piensas en la vida prehistórica? Lo más probable es que imagines una escena de la época de los dinosaurios: un poderoso Tiranosaurio Rex rugiendo, un Braquiosaurio de largo cuello comiendo hojas en lo alto de un enorme árbol, o una manada de velociraptores acechando a su presa.
¿Pero qué existía antes de los dinosaurios? ¿Cómo lograron eventualmente dominar el planeta? ¿Cuándo y cómo comenzaron los animales que los precedieron a caminar sobre la tierra, desarrollar extremidades y respirar aire? Cientos de millones de años antes de los dinosaurios, ¿cómo era la vida más antigua conocida en nuestro planeta y cómo influyó en la evolución de la vida durante millones de años más?
La nueva exposición permanente en el Museo de Historia Natural y Ciencia de Nuevo México en Albuquerque, el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”, explora estas preguntas al trazar casi 300 millones de años de historia natural y evolución en lo que hoy es Nuevo México. A través de más de 300 fósiles nunca antes vistos recolectados en todo nuestro estado, este nuevo salón cuenta la historia de las antiguas plantas, peces, anfibios, invertebrados y reptiles que alguna vez habitaron esta región. Al hacerlo, completa gran parte de la historia de la vida en Nuevo México, una que lleva más de 500 mil años en proceso, para niños y adultos por igual.
El Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction” cuenta la historia de la Era Paleozoica, que comenzó hace casi 540 millones de años. La Tierra era un lugar muy diferente en aquel entonces, sin vida en tierra firme y con masas continentales que poco se parecían a los continentes que conocemos hoy. El Paleozoico fue una época de grandes cambios, y la mayoría de los principales tipos de plantas y animales evolucionaron durante esta era. Las primeras almejas, caracoles, corales, peces, árboles, insectos, anfibios y reptiles evolucionaron durante los 290 millones de años del Paleozoico, a medida que la vida se expandía desde los océanos hacia la tierra firme. Además, los continentes modernos comenzaron a tomar forma, desplazándose hacia sus ubicaciones actuales. En muchos aspectos, nuestro mundo actual tiene sus cimientos en la Era Paleozoica.

Foto de cortesía: Otro espécimen que estará en exhibición en el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”.
Aquí en Nuevo México, observamos cómo cambiaron el medio ambiente y el paisaje estudiando las rocas y fósiles paleozoicos. Basándose en el registro fósil, los científicos creen que la masa terrestre que se convertiría en nuestro estado estaba en una ubicación completamente diferente en la superficie de la Tierra. Desde hace 500 millones de años hasta aproximadamente 350 millones de años atrás, la tierra que eventualmente comprendería Nuevo México se encontraba justo debajo del ecuador. Durante ese tiempo, gran parte del sur de Nuevo México estaba cubierto por mares tropicales poco profundos, mientras que la parte norte del estado consistía principalmente en terrenos montañosos y colinas.
Los mares que cubrieron el sur de Nuevo México durante este período dejaron capas de rocas y minerales, y a partir de estas capas sabemos que estos mares poco profundos estaban llenos de vida. El fósil más antiguo descubierto en Nuevo México, un invertebrado marino de 500 millones de años conocido como trilobite, fue hallado en la Sierra del Caballo del sur del estado y forma parte de la exposición para que los visitantes lo puedan ver. Posteriormente, un diverso conjunto de antiguos invertebrados y peces óseos habitaron la región.
A lo largo de millones de años, estos mares se expandieron eventualmente hacia el norte de Nuevo México. Durante el Período Pensilvánico, que terminó hace unos 320 millones de años, Nuevo México era una red de islas rodeadas por mares tropicales. Esto significó que nuestro estado fue uno de los lugares donde la vida pudo dar el salto a la tierra firme, uno de los mayores cambios que ha visto nuestro planeta.
Un sitio bien conocido que muestra estos cambios es Kinney Brick Quarry. Ubicado en las montañas del Manzano, al este de Albuquerque, Kinney Brick Quarry es una cantera de arcilla que se explota comercialmente para fabricar ladrillos. Hoy en día, es uno de los sitios de fósiles más famosos del mundo. Con fósiles de tiburones, incluido el temible Dracopristis, o “tiburón Godzilla”, junto a peces fosilizados, plantas, almejas, anfibios, milpiés, arañas y cucarachas, Kinney Brick Quarry muestra la gran diversidad de vida en Nuevo México durante este período y ofrece una visión del surgimiento de la vida en tierra firme. Dracopristis y varios fósiles de este sitio serán parte del Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”.
Cañón del Cobre, ubicado en el condado de Río Arriba cerca de Abiquiú, es otro sitio famoso por sus fósiles en Nuevo México. Hace unos 300 millones de años, esta parte del norte de Nuevo México era una llanura de inundación cubierta por bosques pantanosos de helechos con semillas, gigantescos equisetos y licopodios del tamaño de árboles. Fue en estos bosques empapados donde surgió Arthropleura, el artrópodo más grande jamás conocido. Conocido sólo por sus huellas fosilizadas, o rastros, este gigantesco monstruo similar a un milpiés cazaba junto a enormes anfibios y los primeros reptiles en esta región del norte de Nuevo México.
En ocasiones durante la Era Paleozoica, Nuevo México se parecía más a lo que vemos hoy. Durante el Período Pérmico, que abarcó de 299 a 252 millones de años atrás, Nuevo México formaba parte del vasto supercontinente de Pangea, que experimentaba estaciones extremas de sequía y humedad, no muy diferentes de las lluvias monzónicas que recibe Nuevo México en la actualidad. Una vasta cadena montañosa que se extendía de este a oeste a lo largo del oeste de América del Norte dividía el paisaje y se conocía como las Montañas Rocosas Ancestrales: geológicamente separadas, pero aún reminiscente de las Montañas Rocosas que vemos hoy. Hacia el final de este período, el clima se volvió más seco y un vasto desierto se extendió por la región de las Cuatro Esquinas. ¿Te suena familiar?

Foto de cortesía: Un molde de Dunkleosteus, un pez prehistórico que estará en exhibición en el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”.
Este período incluso muestra a los primeros ancestros de los mamíferos. Un grupo de animales terrestres de cuatro patas conocidos como Pelicosaurios evolucionó durante el Período Pérmico, incluido el famoso Dimetrodon, con su característica vela en la espalda. Aunque a veces se les confunde con dinosaurios, en realidad están más estrechamente relacionados con los mamíferos, debido a una estructura craneal que los distingue de los reptiles. Todos los mamíferos, incluidos los humanos, trazan su linaje hasta estos primeros ancestros.
Después de casi 300 millones de años, la Era Paleozoica terminó de forma abrupta: erupciones en los Traps Siberianos, un campo volcánico del tamaño de Estados Unidos, liberaron enormes cantidades de carbono y dióxido de azufre en la atmósfera. Estos químicos acidificaron rápidamente los océanos y convirtieron un mundo ya en calentamiento en un invernadero desbocado. Esto condujo a la mayor extinción en la historia de la Tierra, más catastrófica incluso que la del final de la era de los dinosaurios. Más del 90 % de las especies marinas se extinguieron, cambiando para siempre nuestros océanos. En tierra firme, casi dos tercios de las especies de vertebrados también desaparecieron.
A pesar de su final catastrófico, gran parte de lo que consideramos vida hoy tiene sus raíces en la Era Paleozoica. Peces, anfibios, reptiles e incluso plantas evolucionaron durante este tiempo. Incluso su dramático final dio origen al grupo de animales terrestres más espectacular que el mundo haya visto jamás: los dinosaurios. Aquí en Nuevo México, tenemos la suerte de haber sido testigos de muchos de estos cambios, con algunos de los fósiles mejor conservados de esta era. Hoy, visitantes de Nuevo México y de todo el mundo pueden ver estos fósiles por primera vez en el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”, en el segundo piso del Museo de Historia Natural y Ciencia de Nuevo México.

Invertebrados antiguos que estarán en exhibición en el Salón de la Vida Antigua “Bradbury Stamm Construction”.
Stephen Hamway es un especialista en relaciones públicas del Departamento de Asuntos Culturales de Nuevo México. Su trabajo apoya a tres divisiones del DACNM, incluyendo el Museo de Historia Historia Natural y Ciencia de Nuevo México. Más información en nmculture.org.