Rodeando a los niños con una comunidad de apoyo

Communities In Schools of New Mexico ofrece ayuda a estudiantes y sus familias

By Blanca Ortiz

Como una de las coordinadoras del programa Communities In Schools (CIS, por sus siglas en inglés) en la escuela primaria Nava, me enorgullece hacer lo que sea necesario con el fin de empoderar a los niños para que sigan asistiendo a la escuela y tengan éxito en la vida. Tengo el privilegio de trabajar con niños y familias de toda clase y conectarlos con los servicios y apoyo disponibles en la comunidad — cualquiera que sea su necesidad, cuando lo necesiten.

En la actualidad, CIS sirve a estudiantes desde pre-kinder hasta el grado 12 en 12 escuelas en Santa Fe. Como organización escolar comunitaria, trabajamos estratégicamente para ofrecer apoyo a la escuela en general por medio de actividades y asociaciones comunitarias — ofrecemos eventos, grupos y programas para cada estudiante. También trabajamos con niños y familias que necesitan una atención más intensiva y personalizada. (Puede leer más sobre nuestro singular modelo escolar comunitario en el sitio electrónico: CISNM.org/our-model.) Cada estudiante y familia con la que trabajamos es diferente. Para darle una idea de mi trabajo en Nava, quisiera contar una historia de dos niños muy valientes y su inspiradora mamá con quienes trabajo.

En el otoño pasado, la secretaria de la escuela Nava me contó de una mamá que había ido a inscribir a su hijo de 5 años de edad y a su hija de 4 años de edad a mediados del primer trimestre escolar. Cuando conocí a Mario y Valentina, lo primero que pensé es que eran adorables. Mario tenía la cabeza llena de hermosos rizos y la pequeña Valentina rebosaba de afecto. Cuando hablé con su mamá, Karen Patinio, y me enteré por qué los había inscrito tan tarde, la fortaleza de la familia me conmovió.

El 28 de julio del 2021, el mundo de Karen se vino abajo. A su esposo, Hugo Menjivar, le dio COVID. Lo llevaron en ambulancia al hospital, adonde llegó con un nivel de oxígeno en la sangre de sólo el 20%. Los médicos lo pusieron en coma y Hugo nunca revivió.

 “El COVID le invadió el cuerpo entero — sangre, riñones, corazón. Los pulmones se le endurecieron y dejaron de funcionar. El 10 de agosto decidí que le quitaran el soporte vital. Ya no tenía vida”, me dijo Karen con los ojos llenos de lágrimas.

Hugo era el único sostén de la casa y el único que manejaba. Se encargaba de las cosas prácticas, como inscribir a los niños en la escuela. Cuando falleció, Karen y los niños tuvieron que irse a vivir con un pariente —un arreglo poco cómodo. Karen estaba destrozada y se sentía completamente perdida. “Estaba atrapada en un círculo vicioso de tristeza, un círculo de dolor”, me dijo.

Inmediatamente puse a Karen en contacto con el Southwest Guidance Center, uno de nuestros asociados, hice arreglos para que Mario pudiera ver a un terapeuta para ayudarle a enfrentar la muerte de su padre. Estaba claro que Karen también necesitaba apoyo y pude ayudarla para inscribirse en terapia. Con frecuencia me dice lo mucho que la terapia les ha ayudado a ella y a Mario.

El 28 de julio del 2021, el mundo de Karen se vino abajo. A su esposo, Hugo Menjivar, le dio COVID. Lo llevaron en ambulancia al hospital, adonde llegó con un nivel de oxígeno en la sangre de sólo el 20%. Los médicos lo pusieron en coma y Hugo nunca revivió.

 “El COVID le invadió el cuerpo entero — sangre, riñones, corazón. Los pulmones se le endurecieron y dejaron de funcionar. El 10 de agosto decidí que le quitaran el soporte vital. Ya no tenía vida”, me dijo Karen con los ojos llenos de lágrimas.

 Hugo era el único sostén de la casa y el único que manejaba. Se encargaba de las cosas prácticas, como inscribir a los niños en la escuela. Cuando falleció, Karen y los niños tuvieron que irse a vivir con un pariente —un arreglo poco cómodo. Karen estaba destrozada y se sentía completamente perdida. “Estaba atrapada en un círculo vicioso de tristeza, un círculo de dolor”, me dijo.

Inmediatamente puse a Karen en contacto con el Southwest Guidance Center, uno de nuestros asociados, hice arreglos para que Mario pudiera ver a un terapeuta para ayudarle a enfrentar la muerte de su padre. Estaba claro que Karen también necesitaba apoyo y pude ayudarla para inscribirse en terapia. Con frecuencia me dice lo mucho que la terapia les ha ayudado a ella y a Mario.

“Mi terapeuta se ha convertido en mi confidente,” dijo Karen. “Me pudo sugerir formas de actuar con los niños y apoyarlos, para darles lo que necesitan. Ya no estoy en ese lugar oscuro. No duermo todo el día.

Se me hace más fácil hacer lo que me mantiene ocupada — en lugar de cerrarme.

 “Y Mario, ¡caramba!, ha cambiado mucho”, agregó Karen. “La terapia ha ayudado mucho. Al principio, él no quería ir a la escuela. Ahora, le encantan las matemáticas. Cuando se trata de sumar y restar, ¡es realmente bueno! Estoy muy impresionada.”

Además de la terapia, me aseguré que la familia contara con apoyo en sus necesidades básicas, como dar a Mario y Valentina abrigos de invierno, mochilas y útiles escolares. Trabajamos con The Food Depot para ofrecer abarrotes frescos a los estudiantes y Mario los recoge semanalmente para llevarlos a su casa. “Yo no tenía cómo dar regalos a mis hijos para la Navidad, pero en la Nochebuena usted vino como Santa!”, recordó Karen. Río al acordarme. Llevé a mis hermanas vestidas de duendecillos en mis visitas a las familias para entregarles regalos el 24 de diciembre. En esa ocasión, me alegró ver el nuevo apartamento de la familia — el primero solo para ellos desde que Hugo Falleció.

 

Cuando conocí a Karen, Valentina y Mario, mi primera impresión fue que nadie escuchaba su historia. Ninguno les dejaba expresar su pena simplemente. Se les dirigía, se les decía qué debían hacer, en lugar de apoyarles. Yo no quería ser otra persona indicándole a Karen lo que debería hacer. “Esto es algo que usted puede hacer si quiere que sus niños tengan más éxito,” le decía. “Con mucho gusto la acompaño para hacerlo. No espero que tenga la capacidad emocional y mental para hacerlo sola. Yo estoy aquí para apoyarla”.

Hoy en día, mi trabajo con Mario y Valentina parece diferente cada día. Cuando veo una necesidad, me encargo de suplirla, ya sea un abrigo calientito, un par de zapatos nuevos o un gesto animador y una sonrisa. Si Karen me dice que uno de los niños necesita un poquito más de apoyo, hago arreglos para verlos con más frecuencia.

Tenemos una conexión fuerte y los niños no son tímidos para decirme lo que necesitan. Saben que pueden confiar en mí, acudir a mí para lo que sea. ¡Trabajo para ellos y lo saben!

Todavía trabajo muy de cerca con Karen también. Soy bilingüe, así es que puedo apoyarla con interpretación si lo necesita. Si Karen ha de hablar con alguien en la escuela y siente que no la escuchan, puedo participar en esas conversaciones y apoyarla para que la escuchen. En la actualidad, estamos trabajando juntas para inscribir a Valentina en terapia para apoyarla mientras procesa la muerte de su padre.

 “Communities In Schools es una gran ayuda porque asiste con cualquier cosa y con todo”, dice Karen. “¡No sé qué haría sin su ayuda!”

 Al momento, por supuesto, los niños y Karen todavía lloran la tremenda pérdida de su padre y esposo. Sin embargo, se sienten orgullosos de estar viviendo por su cuenta. Karen tiene un novio a quien los niños adoran. Mario, que está en primer año, es un genio para las matemáticas y Valentina, que está en kinder, una prometedora artista.

“Mis paredes están cubiertas de graffiti”, dice Karen. La maestra de Valentina le dio recientemente libros para colorear y Karen espera que la niña pueda canalizar su creatividad en ellos — en lugar de hacerlo en las paredes y los muebles.

Karen está muy orgullosa de sus hijos y ellos se apoyan el uno al otro, también. Hace unos días, cuando les di los abrigos de invierno, después de que su hermana se puso el de ella, Mario exclamó: “Miren a mi hermanita, ¿no es linda? ¡Tan linda y tan chiquita!” No pude evitar sonreír. Mario es tan cariñoso.

Me honra apoyar Ia historia de esta familia. Como una de las 17 coordinadoras de CIS en Santa Fe, me siento orgullosa de ser parte de una organización que hace tanto para apoyar la trayectoria de tantos estudiantes, familias y comunidades escolares.

 Si su niña asiste a cualquiera de las 12 escuelas donde trabajamos, por favor acérquese a la oficina de la coordinadora de CIS — nos va a encantar hablar con usted sobre las formas en que podemos apoyarle a usted y a sus niños.

Blanca Ortiz, coordinadora de Communities In Schools en la escuela primaria Nava.