El trabajo de corazón
El Sanctuario del Corazón ofrece una amplia gama de servicios a familias y niños
Por José Gonzalez
Traducción de Flor de María Oliva
Hoy en día enfrentamos una crisis humanitaria significativa que explota cerca de nosotros.
Los servicios para las poblaciones inmigrantes y de pocos recursos se hacen cada vez más escasos y las necesidades todavía mayores, mientras Nuevo México es un estado seguro para los que llegan de Centro América en busca de asilo, los refugiados afganos y, pronto, los ucranianos.
Muchos recordamos las imágenes perturbadoras que los medios de comunicación mostraban de “niños en jaulas” en múltiples periodos pico del éxodo desde México y Centro América a Estados Unidos. De acuerdo con el Consejo de Relaciones Exteriores, las autoridades migratorias reportaron que más de 150.000 menores solos se encontraron en o cerca de la frontera de EE. UU. y México en el año fiscal 2021, una cifra histórica récord. Alrededor del 76% de estos niños sin acompañantes puestos al cuidado del gobierno nacional tenían 15 años de edad o más, aunque las autoridades también detuvieron a bebés y niños pequeños. Bajo las leyes estadounidenses, a “los niños inmigrantes sin acompañante,” se les define como migrantes menores de 18 años sin estatus legal en Estados Unidos y sin padres o tutores legales disponibles para cuidarlos. Muchos factores pueden impactar las razones por las cuales un niño llega solo a EE. UU. El ímpetu para dejar su hogar puede incluir pobreza inconcebible, la pandemia y los resultados de guerras sin fin entre cárteles de las drogas.
En el 2019, cuando la crisis de la separación de familias empezó a alcanzar cifras extremas a lo largo de la frontera, los Servicios Comunitarios Las Cumbres iniciaron su programa Santuario del Corazón (SDC). Desde entonces, al SDC se le reconoce a nivel nacional por servir a cientos de niños y sus familias inmigrantes cada año en el norte de Nuevo México (en los condados Santa Fe, Bernalillo, Río Arriba, Taos y Los Álamos).
El SDC ha crecido en los últimos tres años al punto de proveer a inmigrantes de Centro América y otras regiones en crisis una variedad de servicios especializados que se basan en evidencias y combinan la salud conductual con la administración de casos para ofrecer intervención en crisis, apoyo con separación traumática, evaluación de riesgos y tratamiento de salud mental a largo plazo. Sus servicios de navegación familiar están disponibles para tratar asuntos como vivienda, seguridad alimenticia, transporte, acceso a atención médica, traducción e interpretación, asistencia legal, guardería, ayuda educativa y vocacional y más, tanto para los niños como para sus familias.
Para los niños que se establecen en el norte de Nuevo México, el periodo de ajuste puede ser muy desafiante. Debe dárseles tiempo para aculturarse y servicios especiales para que alcancen los estándares educativos. Además del apoyo para su desempeño escolar, el SDC provee a los estudiantes inmigrantes asistencia continua para reasentamiento, con el fin de ayudarles a integrarse en sus nuevas comunidades y establecer un ambiente social seguro en la escuela y en el hogar, mientras mantienen su propia cultura.
El equipo del SDC de Las Cumbres ha identificado formas innovadoras para ofrecer servicios multidisciplinarios y más completos a sus clientes al integrar asistencia jurídica a su trabajo también. Por medio de una asociación entre agencias con el Immigrant Law Center de Nuevo México y otros proveedores de asistencia jurídica, el programa ha podido dar a las familias, jóvenes y niños inmigrantes esperanza, resiliencia y una oportunidad para prosperar y tener éxito en circunstancias difíciles.
A pesar del apoyo que se ofrece en las comunidades del norte, estar en este país sin documentación legal con frecuencia significa la pérdida de identidad y cultura propia. Un inmigrante lleva consigo una extensa serie de experiencias y posible trauma sicológico como resultado de dejar su país de origen y nacimiento. La mayoría de inmigrantes han estado expuestos a la violencia y demuestran un alto riesgo de trastornos de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés), abuso de sustancias y trastornos depresivos. La motivación para su viaje al norte, como se indica arriba, puede ir desde el maltrato intrafamiliar, la persecución política, la violencia de pandillas, razones religiosas, pobreza y falta de oportunidades de empleo donde viven. Esto es particularmente cierto para las mujeres y los niños, quienes se enfrentan a un mayor riesgo de violencia de género, abuso y trata de personas.
Desafortunadamente, llegar a EE. UU. no garantiza el éxito, debido a las limitaciones del avance socioeconómico, el clima político, la explotación, la discriminación y la falta de oportunidades de empleo. Para poder ayudar a las familias a restablecerse aquí, asegurar sus nuevas vidas y crear mejores futuros para sus hijos y seres queridos, el SDC les ayuda a fijar metas para superar obstáculos, con el fin de fomentar motivación y deseo de perseverar.
Estas familias desean tener éxito sin abandonar la esperanza. He aquí una historia de éxito.
Esta mujer de 25 años de edad llegó a la frontera sur con su hija de 8 años y su hijo de 3 años en junio del 2021. Decidió empezar el arriesgado viaje de Guatemala a la frontera entre México y EE. UU. después de experimentar ataques de pánico como resultado de las amenazas de muerte de su excompañero, quién exigía la custodia de los niños para evitar el pago de manutención que se le asignó judicialmente. El SDC pudo ayudar a la madre a inscribirse en el programa GED del Santa Fe Community College, lo cual le devolvió el gusto de estudiar y de ser inspiración para sus hijos, así como lo fue para ella su padre, que es médico en Centro América.
“Me siento orgullosa de que estoy tomando las decisiones correctas”, explicó. “Mis hijos tienen una madre que los ama y lucha por ellos a diario y les enseñará a no permanecer caídos sino que a levantarse a pesar de las adversidades.”
El programa del SDC juega un importante papel para asegurar que las familias puedan lograr sus objetivos y tener acceso a las necesidades sociales básicas, apoyo emocional, integración económica, educación y, lo más importante, establecer una base sólida para el éxito. Los métodos del programa incluyen un enfoque sistemático de atención para minimizar las barreras del lenguaje, aumentar la colaboración comunitaria y brindar estímulo tanto como defensa. A los niños y las familias se les evalúa para identificar factores culturales estresantes y marginalización que pudieran afectar el bienestar de la unidad familiar.
El SDC seguirá tendiendo puentes y movimientos colectivos para fomentar la conciencia a través de comunidades diferentes y darle una nueva forma al contexto de lo que verdaderamente significa ser inmigrante en EE. UU y Nuevo México. El objetivo final es ayudar a las familias a triunfar y mostrar sus rostros, conectándoles con las experiencias y las historias en su haber y que siguen a enfrentar.
Para aquellos que pueden ayudar, el SDC siempre necesita donaciones monetarias, al igual que voluntarios selectos y dedicados. Se puede hacer donaciones específicas al programa Santuario del Corazón aqui. Las contribuciones apoyan a las familias con gastos de transporte y alojamiento en su viaje a Tejas para audiencias judiciales sobre asilo y otras decisiones de estatus legal, además de apoyar el funcionamiento en general, lo cual es clave para mantener el programa. Un fondo flexible de estabilidad y seguridad para toda la agencia ofrece ayuda financiera a padres y tutores cuando no existe otra fuente de apoyo comunitario, para gastos necesarios, tales como asientos de automóvil, cunas, pagos de servicios públicos y vivienda, necesidades básicas y útiles escolares para familias inmigrantes recién llegadas y cuotas de solicitudes para los receptores del programa de Acción diferida para los llegados (a EE. UU.) en la infancia.
Finalmente, si desea ser voluntario en el SDC o cualquiera de los programas de Las Cumbres, puede visitar el sitio: lascumbres-nm.org/volunteerform, o comunicarse con Erica Coriz en el (505) 412-8869.
José Gonzalez es el administrador del programa Sanctuario del Corazón.