Amor, pérdida y esperanza
La directora del Sky Center reflexiona sobre los efectos de la pandemia en los adolescentes
Por Ivy St. Clair, traducido por Flor de María Oliva
En el año y medio pasado, la pandemia de COVID-19 ha puesto de cabeza nuestras vidas. Con tantas batallas que librar y conflictos que enfrentar, muchos hemos luchado para darle prioridad a nuestra salud mental. La pandemia aumentó la tensión, soledad, depresión y ansiedad de millones de personas. Los adolescentes se han visto especialmente afectados y el aislamientos que han sufrido ha cambiado la forma en que todos enfocamos la salud mental.
Apryl Miller, la directora ejecutiva del Sky Center, una organización en Santa Fe de concienciación sobre la salud mental y prevención de suicidios, está muy consciente del aumento en casos de depresión y ansiedad entre los jóvenes debido a COVID-19.
El aislamiento fue un factor clave, dijo Miller.
“Una cosa que sabemos ayuda con la ansiedad y la depresión es la conexión social, estar con personas que queremos”, dijo. “Debido a COVID, eso se cortó, por supuesto.”
El Sky Center trabaja principalmente como el núcleo para el Proyecto de intervención anti suicidio de Nuevo México, una iniciativa que se convirtió en entidad no lucrativa en 1994 para combatir el suicidio de adolescentes en el Norte de Nuevo México. La pandemia ha aumentado la necesidad para los servicios del programa. Con frecuencia los adolescentes luchan con asuntos de identidad y el aislamiento del último año y medio dejó claro lo importante que es el sentido de identificación para los adultos jóvenes, dijo Miller.
“Consideramos que la comunidad es como un antídoto contra el suicidio y la depresión”, agregó. “El sentir ‘necesito presentarme porque mis amigos cuentan conmigo’ es reconfortante.”
El Sky Center ha establecido conexiones con escuelas y hospitales en Santa Fe. También tiene una presencia prominente en los medios sociales y usa su plataforma para ayudar a comunicarse con los adolescentes en el estado a través de medios más accesibles.
Conforme más personas se vacunan [contra COVID-19] y el mundo aparentemente empieza a volver a alguna forma de normalidad, no está claro si los problemas de salud mental que se dispararon durante la pandemia terminarán o continuarán.
Miller piensa que la clave será reconocer y entender, mantener un mundo en el cual la inteligencia emocional y la social se priorizan en el hogar y en la escuela.
“Estamos saliendo de esto con mayor respeto por la importancia de contactar a alguien y sentir la suficiente confianza para pedir ayuda”, dijo.
Miller reflexionó sobre los efectos a largo plazo que tendrá la pandemia para todos.
“¿Nos hizo más ansiosos socialmente y codependientes?”, preguntó y agregó: “Nos hizo darnos cuenta del valor que requiere involucrarse en el mundo social.”
Miller cree que la reconexión social será vital para sanar a esta generación; sin embargo, desde que el virus arremetió, ella y sus colegas no están seguros de cómo los ambientes sociales han cambiado o qué implicaciones tendrá en la salud mental de los adolescentes. Espera que los conflictos familiares empiecen a calmarse conforme las limitaciones y la cuarentena disminuyan, pero dijo que hasta que no lo vea no puede estar segura.
En cuanto al tiempo que nuestra generación ha perdido debido a COVID, Miller sabe que tendrá efectos duraderos.
“Algunas de esas acogidas y transiciones tradicionales más tiernas se perdieron”, dijo. “Elementos que alivian la preocupación y ansiedad y hacen más fácil el cambio.”
Miller tiene la esperanza de que el fin de la pandemia ayude a la salud mental de los adolescentes y que nuestro regreso al mundo llegue con facilidad. Pero sólo el tiempo lo dirá.
Ivy St. Clair está empezando sus estudios en la Universidad de Nueva York. Le interesan la antropología, relaciones internacionales y sociología. Puede comunicarse con ella en el ivy.ian.st.clair@gmail.com.